Promovemos agentes de cambio y líderes inspiradoras

Cuando pienso en Nieva, agradezco haber conocido de parte de mis docentes, seños y profesores, gestos de cariño, lecturas con amor, palabras de aliento. Allí nació mi vocación docente, ellos fueron ejemplo de transmitir con pasión, de mostrar que saber y aprender puede ser divertido.

En Nieva aprendí que se puede amar aquello que se estudia y que también desde el amor se puede transmitir y construir.

Lo mejor de mi paso por Nieva es sin duda, aunque hayan pasado varios años ya, el vínculo que se generó con algunos docentes, directivos y Hermanas. Creamos relaciones tan genuinas que hasta el día de hoy nos guardamos mutuamente un enorme cariño y gran respeto.

Estoy agradecida con mis padres por haber elegido y colaborado en esta Institución que no solo brinda sólida instrucción sino que forma parte del crecimiento a nivel humano de las alumnas.