Córdoba, gestada bajo el signo de la Cruz y de la espada; nacida luego al arrullo de veletas y campanas;
evangelizada en su crecimiento por la Palabra de Dios, que las órdenes religiosas dejaron caer de sus labios como semillas
fecundas. Una de esas Congregaciones que llegaron a esta provincia, para dar lo mejor de sí, fue la de las HIJAS DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN.
En 1899, la Madre Eufrasia Iaconis envía una Comunidad, integrada por las Hnas. María Purífica Ricci, Arcángela
Albanessi, Loreto Mazzaro, Vicenta Bischetti y Romualdina Salvatori, para ocuparse de la infancia desvalida. Las religiosas
se hacen cargo de la Casa Cuna, hasta 1903, fecha en que aparece en escena un personaje importante que cambia el
rumbo apostólico de estas humildes servidoras de Dios. Nos referimos al Señor Ceferino de La Lastra, “hombre piadoso,
que a imitación del Salvador, pasó por el mundo haciendo el bien”. Don Ceferino adquiere un conventillo ubicado en el
centro mismo del famoso y tan mentado barrio El Abrojal, para que funcionara allí un hogar de ancianas. Se lo ofrece a la
fundadora, Madre Eufrasia Iaconis, solicitándole que las obras que ella emprendiera en ese solar, estuvieran bajo la
advocación de la Virgen Nuestra Señora de Nieva.
Es así que el 15 de octubre del mismo año, se inaugura oficialmente el ASILO NUESTRA SEÑORA DE NIEVA.
La historia de la Virgen de Nieva se remonta al siglo VIII en España. Los habitantes de Santa María de Nieva
(provincia de Segovia), ocultaron en una cantera de pizarra una imagen de la Virgen, para resguardarla de la invasión
árabe. Allí estuvo sepultada 678 años, hasta que, luego de una milagrosa aparición a un pastor, la Virgen María le indicara
el lugar donde debían desenterrar su imagen y erigir un altar. A pesar del paso del tiempo, dicha imagen fue retirada con
sus vestidos intactos.
Desde 1794, en la Catedral de Córdoba, a la izquierda del Altar, hay una réplica de la imagen original de la Virgen
de Nieva, que es invocada como protectora en las tormentas y temporales.
Con el paso del tiempo, va creciendo el barrio y con él la Congregación, en su afán de un apostolado más amplio.
Surge así, en las jóvenes mujeres consagradas que se van sumando a la primera comunidad religiosa, la iniciativa de
“dictar clases” a las niñas, hijas de los obreros que viven en las cercanías del Asilo de Nieva. En el año 1908, ya cuentan
con un apreciable número de candidatas a aprender las primeras letras.
El 28 de agosto de ese mismo año, el entonces Obispo de Córdoba, Monseñor Zenón Bustos, autoriza a convertir
el Asilo de ancianas en un Asilo de Niñas Huérfanas, manteniendo siempre la obligación de las religiosas, de continuar con
la escuela externa.
Junto a la instrucción intelectual y la formación espiritual, las Hermanas, enseñan a las niñas, de acuerdo a la
edad, todas aquellas tareas con las cuales puedan ganarse la vida: taller de labores, corte y confección, lavado, planchado,
cocina “…y cuando podamos contar con un terreno, también el cultivo de hortalizas y flores…” El objetivo, desde el
comienzo, es la formación integral de la mujer, de acuerdo a las necesidades del momento.
El Obispo Monseñor Zenón Bustos, a pedido de la Congregación, el 30 de noviembre de 1909, autoriza la
construcción de una Capilla al lado del Asilo, (en el terreno colindante, también donado por Don Ceferino de La Lastra).
Las Hermanas realizan innumerables sacrificios, a fin de llevar adelante dicha obra, para afrontar cuantiosas deudas,
generadas por la edificación. Con la fe puesta en la Divina Providencia, la Madre Eufrasia anima a las hermanas para que
encaren la construcción de dos grandes salones y de la anhelada capilla. El Constructor Alejandro Danieli lleva adelante
la obra. En 1911 se inaugura la Capilla dedicada a la Inmaculada Concepción; y en 1914, se terminan los salones.
En 1917, se logra completar la escuela primaria, ya que ahora hay mayor número de religiosas dedicadas a la
enseñanza. Según un artículo periodístico de ese año, que anuncia la apertura de la matrícula en el Asilo y Colegio Nuestra
Señora de Nieva, se lee: “…en este Establecimiento, además de recibir huérfanas, se admiten también las que quieran
ingresar en calidad de pupilas. La casa ofrece toda clase de comodidades, las personas que la han visitado han quedado
admiradas de los espaciosos salones de dormitorios y comedores, muy ventilados e higiénicos…” Dicho artículo, al referirse
a las hermanas, dice: “…tienen bastante competencia para educar toda clase de niñas, tanto a las que pertenecen a las
familias de artesanos, como las de otra categoría social…Esas laboriosas y enérgicas hermanas, con un solo año de
fundación de la escuela, supieron llevarla a la altura de cualquier acreditado y antiguo colegio de esta ciudad…”
Entre el año 1925 y 1926, se reforma el viejo caserón que resultó en lo que hoy es la parte central del nivel primario
del colegio. En el discurso pronunciado en 1926 en ocasión de la inauguración del nuevo edificio, el Padre Ángel Clavero
recuerda la acción de las primeras Hermanas en el Asilo: “Unas cuantas mujeres, sin más patrimonio que el tesoro
inexhausto de la caridad; sin otra arma que el amor a sus semejantes; sin más instrumento que su corazón, han
transformado la modesta casa de familia, sin luz y sin ventilación, en que iniciaron su misión docente y educadora, en este
edificio, inundado de luz… Hacer cosas grandes con medios abundantes está al alcance de todos, pero realizar empresas
como las que contemplamos sin recursos, es exclusivo de aquellas almas en que arde el amor de Dios…”
También se refiere el Sacerdote a la influencia del Instituto en el barrio: “Es palpable, señores, la transformación
moral que estas modestas religiosas han operado en el barrio de El Abrojal, de siniestra fama en Córdoba. Su doble acción,
educadora y religiosa, no ha sido semilla que cae en el camino… y no da frutos, sino el germen fecundo que cae en tierra
preparada y produce el ciento por uno. Ya no es el Abrojal pendenciero que constituía la pesadilla de las autoridades y era
el terror de los pacíficos habitantes, sino un cuartel de la ciudad, humilde y honesto, por donde el espíritu más apocado
puede internarse confiado…”
Trabaja incansablemente por largos años como Directora del Colegio la Hna. Carola Rizzi, quien forma a sus
alumnas en los principios de una sólida piedad cristiana. En 1931, siendo Directora la Hna. Germana Paván, se incorpora
el Colegio al honorable Consejo Nacional de Educación.
En 1937 se compra un terreno colindante para agrandar el colegio, parte que hoy ocupa el nivel secundario. Con
la convicción de que el “Espíritu del Señor anima siempre nuestras obras”, en el año 1958, el 17 de marzo, se crea la
escuela secundaria, bajo la dirección de la Hna. Tomasita Mónaco, dando al pueblo de Córdoba otra expresión de cultura,
la que en verdad fue como lluvia bienhechora que alimentó y fecundó la tierra de aquel antiguo barrio que dejó de llamarse
El Abrojal, para adquirir el nombre de Güemes, símbolo de la pujanza comercial de hoy.
Quien pase por este barrio, verá que a los mentados campos cubiertos de abrojos, le han brotado edificios
horizontales por doquier. Torres de modernos pisos horizontales, enmarcan al Colegio que sigue enclavado en el centro;
es el corazón que late proyectando sus pulsaciones al barrio cuyo beneficio recibe.
En 1962, la Municipalidad de Córdoba, con el fin de abrir el Boulevard San Juan, derrumba la hermosa capilla
estilo gótico que se había construido con tanto sacrificio. Debido a dicha expropiación, la Institución muestra como carencia,
la ausencia de espacios verdes.
Y desde entonces, la pequeña capilla, se instaló en el primer piso, lugar destinado primeramente a la Biblioteca,
siendo restaurada en julio de 2009, con un nuevo vitral sobre el altar y la renovación del Sagrario, entre otras obras.
El 2 de agosto de 1997 se inicia el techado y cerramiento del gimnasio, obra que se puso bajo la protección de
Madre Eufrasia. Después de no pocos contratiempos, y con la ayuda de Dios y de toda la Comunidad Educativa, se puede
finalizar y hoy es un salón de usos múltiples que permite, dada su gran amplitud, comodidad y buena estructura
arquitectónica, organizar eventos educativos, religiosos, deportivos, culturales, realizar las actividades propias de
educación física y promover encuentros de intercambio y formación con otras instituciones.
En 2006 se inaugura la Cantina del Colegio para dar más comodidad a las alumnas y mejor alimentación a las
que se quedan contra turno. En el año 2007 se construye un entrepiso sobre la actual Dirección del Nivel Secundario,
destinado a Secretaría de dicho nivel. En el mismo año, se acondiciona también, en la terraza del colegio, un Playón
Deportivo para brindar espacio a los deportes extra-programáticos.
Un logro pedagógico a destacar en el año 2013, bajo la tutela de la Hermana Susana Bustos, fue la creación de
la sala de Nivel inicial, de 4 años, con dos divisiones, para lo que fue necesaria una reestructuración edilicia. Esta apertura
obedeció a la necesidad de dar respuesta a la amplia petición de las familias del colegio, además de cumplir con la
obligatoriedad del jardín de 4 años.
Conjuntamente con la apertura de dichas salas, se construyeron, en el ala del Nivel Secundario, dos aulas nuevas,
que ocupan el antiguo comedor de la Comunidad Religiosa, una nueva sala de preceptoría y dos sanitarios para la planta
alta de dicho nivel.
En el año 2016 se inaugura un salón multiuso, con capacidad para cien personas, dos sanitarios, una nueva sala
de maestras y una dependencia para el gabinete Psicopedagógico, así como también, la ampliación de la portería.
Todo este crecimiento, siempre en marcha, manifiesta que nuestro colegio se encuentra vivificado con el mismo
espíritu de servicio a la comunidad que ese pequeño grupo de primeras religiosas infundió en la obra. Ciertos
acontecimientos son muestra que este legado continúa presente en nosotros y nos sostiene en esta noble tarea.
Al cumplirse el centenario del Colegio, en el año 2008, la Municipalidad de Córdoba distingue, en la figura de su
Representante Legal, la Hna. Susana Bustos, a la Institución con el Premio “Jerónimo Luis de Cabrera”, destacando su
trabajo en pos de las niñas jóvenes de la Ciudad y su trayectoria cultural en la comunidad.
En el mismo año y en el marco de los festejos por el centenario, se entroniza una imagen de la Virgen Milagrosa
en la Plaza de la Intendencia, obsequiada por la Madre General de la Congregación Hijas de la Inmaculada Concepción,
Hna. Nora Antonelli, con el fin de proyectar la obra misionera y pastoral al barrio que nos alberga.
El 11 de septiembre de 2011, una de las religiosas de la Congregación, la Madre Pierina fue canonizada como
Beata, por el papa Benedicto XVI, en Roma. Celebración a la que asistieron directivos y docentes de nuestra Institución,
en representación de una de las casas más antiguas de las Hijas de la Inmaculada Concepción en Argentina.
EXTENSIÓN DE LA INSTITUCIÓN
Entre los años 2001 y 2005 funcionó en nuestro edificio el Instituto Católico Superior, ofreciendo numerosas
carreras de formación docente.
Entre los años 2008 y 2015 también funcionó en nuestras instalaciones el Instituto de Formación Superior Albert
Sabin, que desempeñaba sus actividades de la 16 a 22 hs. Luego de un período fuera de este edificio, dicho Instituto volvió
en el año 2017.
La presencia de estas prestigiosas instituciones permite a la nuestra proyectar el espíritu de servicio hacia la
educación en nuestra ciudad.
Por otra parte, el nivel Secundario del Instituto mantiene estrecha relación con el Banco Macro, en el que las
alumnas de 6o año, especialmente de la Orientación Ciencias Sociales, realizan pasantías; la UNC, ya que en algunos de
los laboratorios de la Facultad de Agronomía y del CONICET, también realizan pasantías las estudiantes de la Orientación
Ciencias Naturales, en ambos casos, en el marco de la asignatura FVT.
Asimismo, existe comunicación permanente con la UCC, cuyo departamento de extensión realiza presentaciones
en nuestra escuela, en el ámbito de la Orientación Vocacional y a través del convenio firmado con esa universidad, para
que las alumnas que han alcanzado los mejores promedios, tengan la posibilidad de acceder a becas para su formación
profesional.